Si bien todos sabemos que el sol es imprescindible para
nuestra vida, también es cierto que nuestro ritmo de vida ha hecho que el sol
pueda suponer un riesgo para la misma. La radiación solar que llega a nuestro
planeta es habitualmente filtrada por una capa conocida como la capa de ozono,
evitando que esta pueda ser dañina para nosotros. Sin embargo, la liberación de
diferentes sustancias químicas a la atmosfera por parte del hombre ha provocado
la aparición de agujeros en esta capa, provocando que pase una mayor cantidad
de radiación.
Aunque la radiación solar se divide en tres tipos, A, B y C,
a día de hoy la radiación solar más peligrosa para nuestra piel es la del tipo
B (UVB). Para protegernos de ella, utilizamos lo que se conocen como
fotoprotectores, sustancias químicas que bloquean el paso de la radiación a nuestra
piel, evitando que esta pueda quemarse.
Sin embargo, no todos los fotoprotectores son iguales,
porque tampoco lo son todas las pieles.
Fuente: Pixabay |
Un buen consejo a la hora elegir que FPS es más adecuado
para nosotros es valorar el fototipo de nuestra piel. El fototipo puede
resumirse como la capacidad que tiene nuestra piel para broncearse y evitar las
quemaduras, de forma que si nuestra piel es pálida y tenemos facilidad para
quemarnos, debemos elegir fotoprotectores con FPS elevado, superior a 30,
mientras que si tenemos una piel oscura y no nos quemamos bajo el sol, con un
fotoprotector de baja protección tendremos más que suficiente.
No obstante, también hay otros factores que debemos tener en
cuenta a la hora de elegir el fotoprotector como es la capacidad de reflejar la
radiación UVB de las superficies, ya que estas potencian nuestra exposición.
Aunque es común asociar el uso de fotoprotectores a zonas como la playa, lo
cierto es que la capacidad de reflejar la radiación del mar es muy baja. Las zonas
más peligrosas son aquellas en las que existe nieve recién caída o zonas
arenosas.
Igualmente, la altitud a la que nos encontremos o nuestra
proximidad al ecuador también son factores de riesgo en los que debemos
incrementar nuestra protección.
Por último, también os resultará útil saber que aunque
estemos bajo una sombrilla o en un día nublado, debemos utilizar fotoprotección
ya que tanto las nubes como la sombrilla dejan pasar parte de la radiación, por
lo que también podemos quemarnos sin darnos cuenta. También es recomendable
evitar perfumes o productos con alcohol cuando vayamos a tomar el sol y sobre todo,
nunca olvidéis proteger bien vuestros ojos con unas gafas adecuadas.
Siguiendo estos sencillos consejos evitaréis tener problemas
con el sol ya que, aunque vosotros no os acordéis de un año para otro, vuestra
piel no olvida las quemaduras. Por eso y sobre todo si aún tenéis dudas, os
aconsejamos que vengáis a vernos. Además de tener una amplia gama de
fotoprotectores adecuados para cada parte de vuestro cuerpo, os recomendaremos cuál
es el más adecuado para vosotros, con total confianza.
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